Aunque en medio de la depresión se trate de alejar a quienes apoyan, ellos estarán ahí para seguir siendo soporte. Sus escritos son buen síntoma. Sacar el horror es terapia. Gracias por compartir.
Llevé días en procesar la lectura, el sabor de la depresión y el valor del exilio me quedaron retumbando tanto como la explicación de su silencio que me parecía incomprensible. Esa cucharada de metal que tragó es una nueva referencia que su paladar no va a olvidar, nunca se vuelve a ser el mismo después de conocer la tristeza en sus hondas cascadas.
Los kilómetros obligados lo enfrentaron a lo que usted ha sido, a la penumbra de vivir una decada de dibujar con palabras una "guerra sin nombre", sin reglas, en donde ni siquiera ganar era importante, no se fue por justiciero sino por su angustia de encontrar el sentido de la historia, lo cual parece una causa más elevada que los viejos anhelos de estar dispuesto a todo por una causa, tan embelesada como innoble.
Espero que el exilio transite a migración,
el sabor a metal cambie por el del marmikato,
la añoranza por la fiesta rola en anécdotas de festivales en la costa brava.
el recuerdo de años contando la guerra en la tranquilidad de vivir la paz.
Aunque en medio de la depresión se trate de alejar a quienes apoyan, ellos estarán ahí para seguir siendo soporte. Sus escritos son buen síntoma. Sacar el horror es terapia. Gracias por compartir.
Esto que está pasando, pasará.
Te abrazo Andrés. 👥
Llevé días en procesar la lectura, el sabor de la depresión y el valor del exilio me quedaron retumbando tanto como la explicación de su silencio que me parecía incomprensible. Esa cucharada de metal que tragó es una nueva referencia que su paladar no va a olvidar, nunca se vuelve a ser el mismo después de conocer la tristeza en sus hondas cascadas.
Los kilómetros obligados lo enfrentaron a lo que usted ha sido, a la penumbra de vivir una decada de dibujar con palabras una "guerra sin nombre", sin reglas, en donde ni siquiera ganar era importante, no se fue por justiciero sino por su angustia de encontrar el sentido de la historia, lo cual parece una causa más elevada que los viejos anhelos de estar dispuesto a todo por una causa, tan embelesada como innoble.
Espero que el exilio transite a migración,
el sabor a metal cambie por el del marmikato,
la añoranza por la fiesta rola en anécdotas de festivales en la costa brava.
el recuerdo de años contando la guerra en la tranquilidad de vivir la paz.
Parce mucha fuerza, me siento muy identificado en sus palabras. Si algún día quiere hablar, a disposición . Un abrazo.
Juan José Correa
Gracias por leer Juan!